“Confesiones”
Cada vez que recibo una llamada de Luchito Rivas de
Andahuaylas, siento la voz de todas las amistades de esa linda tierra, de
Alejandro Galindo, de Manuel Molina, Américo Romero, amistades del ámbito artístico,
actores y actrices del teatro en quechua, cantautores, compositores, músicos,
danzantes, profesoras y profesores, tod@s ell@s con un gran espíritu
Arguediano.
Esta vez nuevamente rumbo a la tierra hermosa de los
celajes, al XIX Festival de todas las artes, a realizarse del 28 al 02 de
diciembre, “El corazón está listo, el
mundo avisa” allá vamos nuevamente a compartir nuestra obra teatral “La
Agonía de Rasu Ñiti”, con infinidad de públicos de comunidades, caseríos,
escuelas, jardines y colegios. A veces digo en esta tierra me conocen más que
en mi propia tierra, siendo la misma gente y del mismo color.
“Coincidencias”
Venía ya danzando desde niño y adolescente, porque además
mi hermano Julio Maraví es danzante de tijeras “Amaru”, ya desde ese entonces visitaba a los colegios,
(aquí una foto en el colegio santa rosa de Huachac, con un vestuario hecho por
mí mismo) recuerdo haber leído algunas obras del maestro Arguedas pero, tal vez
sin mucha importancia.
Cuando estuve en Lima participando con el grupo de
teatro Maguey , Willy Pinto director de
este reconocido grupo, me regala un librito por mi cumpleaños, era “Cantos y
cuentos quechuas” de José María Arguedas, donde encuentro “La hija del rico”,
cuento con mayor argumento histórico, antropológico y sociológico, ante una
obrita teatral que yo siempre representaba desde muy pequeño, de allí decido
elaborar mi primer trabajo teatral llamado “Pillpintuywayta” (Flor de mariposa),
obra por la que sigo haciendo teatro.
Al leer Arguedas, era como leer mi propia vida,
comprendía palabra por palabra la totalidad y la profundidad del contenido,
comprendía porque yo también tuve la suerte de haber vivido en comunidad “Comunidad de Llacuas Huachac” (antiguo
Huachac) y en los mismos distritos de
Manzanares y Huachac que en aquel entonces había una rivalidad, absurda, que a
nada aportaba a un progreso, por motivos raciales, económicos y de jurisdicción. De ese entonces,
surge otra de mis obras teatrales “Fiesta
Patronal” que posteriormente se convierte en “Con nervios de toro” que
realizamos un avance en la misma plaza de Huachac en sus fiestas patronales en
el año 91 donde se forma Waytay, que más adelante fue montada con diferentes
actores y actrices internacionales en el año 2008 y así también fue llevada al
cine, por el cineasta Huancaino Nilo Inga, quien es ahora flamante Alcalde del
Huachac.
Después de Pillpintuywayta, seguía leyendo a Arguedas y comencé a compenetrarme con la obra
la Agonía de Rasu Ñiti, a retomar la danza, a retomar mis raíces, mis historias
y mis vivencias. En el año 2000 estreno dicha obra en el Auditorio de la
Biblioteca Nacional, cada vez que la represento es para mí una sanación y como
si fuese la obra destinada para mí, investigando y conversando con amistades
fuimos encontrando más coincidencias:
José María Arguedas, Javier Maraví Aranda, las iniciales
de los nombres y apellidos.
José María Arguedas fallece el dos de diciembre y yo
nazco el tres de diciembre.
José María Arguedas escribe La obra de Rasu Ñiti el sesenta
y dos, año de mi nacimiento.
De hecho son solo coincidencias, pero como si fueran
ciertas para mí, más el gran aprecio, admiración y cariño a toda esa población
que siempre me recibe con mucho amor, es recíproco al entregar también nuestro
trabajo, así hemos recorrido infinidad de escuelas y comunidades haciendo que
tengan una mirada diferente de sus propias raíces.
Sería importante el apoyo de las municipalidades o del Estado,
para seguir llegando a más centros educativos y a más comunidades, así como también para seguir sacando nuevos
montajes y seguir compartiendo con nuestros hermanos de las distintas
comunidades de nuestro país.
Pronto nos estaremos abrazándonos en el festival.
Centro Cultural Waytay, Javier Maraví.
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